Intervalo entre partos

Foto: escueladeregeneracion.com
- Dos médicos veterinarios y zootecnistas analizan la forma como han evolucionado las formas de evaluar el rendimiento de los hatos ganaderos. Mientras uno impulsa sistemas integrales que combinan finanzas y producción, el otro respalda datos que permiten detectar fallas específicas. ¿Por qué sus diferencias y qué riesgos implica dejar los indicadores clásicos?
El cambio de paradigmas en la medición de la productividad de la ganadería de cría ya es una realidad. El médico veterinario y zootecnista, Juan Diego Páez, planteó una visión nueva, dejar indicadores tradicionales como el peso al destete y el intervalo entre partos para enfocarse en otros que consideren una mirada integral de la finca.
Frente a él, el MVZ Ricardo Arenas Ovalle, reconoce los avances, pero defiende la actualidad de los indicadores micro. Ambos concuerdan en que la actividd ganadea ha evolucionado, pero discrepan en las herramientas deben guiar esa evolución.
Páez sostiene que el enfoque tradicional ya no responde a las exigencias de la ganadería moderna. En su lugar, propone 3 indicadores clave: kilos destetados por hectárea, kilos destetados por vientre expuesto y desembolso por cabeza/mes.
Estos no solamente permiten evaluar producción y reproducción, sino que integran un tercer pilar, las finanzas.
Según Páez, estos indicadores agrupan variables como tasa de preñez, pérdidas preparto, carga animal y mortalidad en cría, lo que ofrece un diagnóstico integral del sistema. Para él, este enfoque ofrece una perspectiva más realista del rendimiento productivo. El objetivo ideal es alcanzar por lo menos 150 kilos por vientre expuesto o 180 kilos por hectárea.
Afirmó Páez que hay que sacar de la cabeza el intervalo entre partos y el peso al destete, resaltando que mirar solo esas cifras puede conducir a conclusiones parciales o incluso erradas.
Visión tradicional
Por su parte, Arenas Ovalle reconoce la utilidad de los indicadores planteados por Páez, pero advierte sobre los riesgos del abandono de los parámetros tradicionales. Para él, esos nuevos indicadores macro, aunque útiles, condensan otros más específicos que son fundamentales para el diagnóstico fino.
Señala Arenas que el panorama general que dan estos indicadores es muy bueno, muy completo. Pero si está fallando, hay que ir al detalle.
Según explicó, solamente los indicadores micro permiten identificar con exactitud dónde está el problema, si es una alta mortalidad en la lactancia, una baja tasa de concepción o demasiados días abiertos. Cada uno de esos aspectos requiere medidas correctivas diferentes y solo los datos específicos permiten intervenir con precisión.
Arenas Ovalle insiste en que no hay que desconocer las cifras pequeñas, más ligeras para calcular, pero que dan señales tempranas. Indica que una falla puede en una parte enmascararse con resultados buenos en otras y no detectarse. Los indicadores en detalle son los que dicen dónde atacar el problema.
La discusión no es un enfrentamiento entre lo nuevo y lo viejo, sino una invitación a integrar. Ambos expertos coinciden en que la ganadería de cría requiere evolucionar, pero también que esa dinámica debe ser balanceada. Mientras Páez propone un modelo de análisis integral, Arenas Ovalle llama a no perder de vista la base diagnóstica. (Lea en CONtexto ganadero: Conozca los indicadores claves para tener una reproductividad exitosa en su finca)
En efecto, cada finca es un universo particular con su propia lógica productiva, oportunidades y limitaciones. Por ejemplo, la carga animal no será igual en una finca con gran capacidad forrajera que en otra con suelos pobres. Por ello, los indicadores generales pueden ocultar realidades particulares si no son complementadas con un detallado análisis técnico.
Fuente:
Adaptado de CONtexto ganadero. Autora: Melanny Orozco.
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