Foto: agritotal.com
- La Neosporosis, enfermedad que ataca al ganado bovino que se transmite por contacto con pasto o agua contaminados con heces de caninos. Puede ocasionar grandes pérdidas económicas en los hatos.
El responsable del departamento técnico de Laboratorios Vecol, médico veterinario patólogo, Claudio Bohórquez, explicó que esta es una enfermedad parasitaria que ataca a los bovinos, especialmente, vacas preñadas.
El parásito que la produce es transmitido por perros que lo tienen en su sistema digestivo. Al momento de defecar en las pasturas dejan unos ooquistes y estos contaminan el agua o el pasto.
Según el patólogo, las vacas que entran en contacto con los pastos o las fuentes hídricas contaminadas ingieren los ooquistes que pasan al sistema digestivo, luego al sanguíneo y se sitúan en varios órganos como el hígado, el corazón, inclusive el útero.
Explicó que los ooquistes liberan sarcocystina, que es una toxina que se dirige directamente al útero, es decir, si la vaca está preñada puede ocasionar la muerte del feto y consecuentemente producir el aborto.
Indicó que es una enfermedad muy difícil de prevenir puesto que en la gran mayoría de las fincas existen perros, los cuales dejan el parásito en sus heces.
La transmisión podría controlarse generando la consciencia entre los mayordomos y ganaderos sobre la importancia de la vacunación y desparasitación de los perros.
Asimismo, el parásito puede controlarse tanto en los perros y en las vacas como en otros animales de forma preventiva con un producto conocido como Tratoril.
Por su parte, el médico veterinario y experto en manejo animal, Alejandro González, explicó que la Neosporosis es ocasionada por un protozoario que produce sintomatología en bovinos y caninos.
Según indicó el experto, aún no es claro el ciclo del protozoario, pero ciertas medidas de prevención y manejo junto con la vacunación, han sido establecidas con éxito contra el complejo reproductivo de enfermedades.
Sostuvo que el ternero puede contagiarse por la placenta cuando está en el vientre y puede nacer con síntomas relacionados con parálisis o puede producirse un aborto durante el segundo tercio de la gestación, o sea, entre los 4 y los 7 meses.
Según González, las medidas preventivas son el entierro de las placentas siempre que se presenten partos, no permitir su consumo por parte de los perros ni de la vaca y si se dan abortos o momificaciones, desechar los residuos rápidamente.
Fuente: Adaptado de CONtexto Ganadero.
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